viernes, 29 de febrero de 2008

El Rey Congo

El entierro del señor Vicente Goytizolo mereció un titular de cuatro columnas en primera plana de la edición del vespertino cienfueguero El Comercio, el viernes 15 de enero de 1915.
Versado en el arte, o en las mañas del titulaje, el reporter encabezó los catorce párrafos de la nota con sólo tres palabras: El Rey Congo.
¿A qué debía la notoriedad aquel difunto capaz de merecer tal destaque publicitario sin que su muerte fuera materia prima para la crónica roja?
Es que en el occiso se conjuntaban sus ciento diez años de edad, y las condiciones de veterano de la primera guerra independentista y líder religioso de la comunidad de origen africano.
La única fuente bibliográfica disponible para redactar esta postal en sepia del Cienfuegos que se aproximaba a su primer centenario es la referida nota de prensa. Cabría preguntarse si el nacimiento en 1805 del longevo ocurrió en una aldea de aquel continente convertido durante siglos en mina de fuerza de trabajo gratuita o si vino al mundo en esta isla, fruto de un útero esclavo.
El sepelio que tuvo lugar a las ocho de la mañana de aquel día en el Cementerio Municipal de Reina, único camposanto de la ciudad por esa época, partió del cabildo de la calle Hernán Cortés, entre Tacón y Cristina, donde el cuerpo del viejo roble derribado por el viento de los tantos años estuvo tendido en lujoso ataúd y entre profusos cirios.
Siendo esclavo de la dotación del ingenio Maguyara (sic) el mismo 10 de octubre de 1868, Goytizolo respondió al eco del campanazo libertario de Céspedes en su cachimbo La Demajagua. Consigo se llevó al monte a un grupo de negros del batey. Terminó con los grados de comandante aquella década guerrera, en la cual peleó a las órdenes del propio Padre de la Patria y el coronel Paulino Guerén.
En Cienfuegos, donde parece haber vivido durante toda la infancia de la República, le recordarían cubierto de collares y otros amuletos mientras andaba ceremonioso por sus calles, al tiempo que recibía reverencias de los suyos, cual si fuera una divinidad todopoderosa, contaba El Comercio.
Nunca estaba solo y a su paso seguidores y discípulos se disputaban el honor de escuchar en primera fila las prédicas del viejo lucumí. O el responso, si fuere necesario.
Era Goytizolo un hombre hogareño, casado por tres veces y padre de una docena de hijos. Todavía aunaba la fortaleza física con la mental y su verbo cargaba energía al hablar de cualquier tema.
Sus despojos fueron velados durante todo el día 14 al son del toque fúnebre de seis tambores arará y un cencerro. A rendirle honores llegaron delegaciones de los centros lucumíes de La Habana, Cárdenas, Matanzas, Trinidad, Sagua la Grande, Santa Clara y otros pueblos de la República.
Ante el féretro cubierto por la bandera cubana y rodeado de un jardín ocasional desfiló una muchedumbre. La mayoría serían sus fieles y la lista se completaría con curiosos. Como siempre ha sucedido en lances similares.
Como señal de duelo todos los altares de las sociedades de negros de nación vistieron de blanco y celebraron ceremonias por el eterno descanso del líder muerto en el combate de la vida.
En brazos fue llevado el sarcófago hasta Reina. Presidía el duelo el coronel Guerén, el mismo ex oficial mambí que diez años antes se había dignado a velar en su propia casa de San Carlos esquina a Gloria los restos del coronel Enrique Villuendas, el mártir del hotel La Suiza.
Muchas mujeres vestidas de absoluto blanco acompañaron al cortejo del cual participaban además un automóvil y varios coches repletos de ofrendas florales. También una caballería de los barrios rurales de Cienfuegos y la Banda Municipal magnificaron la despedida, a la cual tampoco faltaron los mismos curiosos de la víspera. O a lo mejor, más.
El Comercio cerró su nota de cuatro columnas en portada rogando por la paz eterna para el veterano, “el viejo negro que todos querían porque en vida sólo supo hacer el bien y jamás en sus prédicas y consejos ofendió a nadie”.

4 comentarios:

Magalys Chaviano dijo...

Hola Francisco: Qué bueno conocer en tu blog sobre temas históricos, bien cienfuegueros por cierto. Y aunque los que habitamos este pedazo de tierra, del cuál vivimos orgullosos, te leemos en la prensa local, otros cienfuegueros allende los mares podrán leerte a través de este invento que son las blog, un abrazo,
Magalys, tu siempre fiel lectora

Unknown dijo...

Hola Francisco,un placer encontrar este artículo tan interesante.Aún más siendo dedicado al parecer a algún antepasado de mi famila y mío claro esta, que no conocía.Si, la verdad es que soy tambien Goytizolo,además con los mismos caracteres ortográficos.Mi abuelo era de Cruces,Cienfuegos.Se llamaba Bartolomé Marcelo Goytizolo Quijano y yo soy una de sus tantas nietas.

Mi pregunta es la siguiente.Pudiera usted si en la posibilidad cabe hacerme saber la procedencia de los Goytizolos? Somos descendientes de españoles o congos? En fin,saber un poco sobre mis antepasados y si aún queda alguno por Cruces o Cienfuegos.

Mi familia reside toda en Ciudad Habana donde también han aparecido otros.

Le reitero que ha sido un placer encontrarle.

Sin más un fraternal saludo desde La peninsula Iberica.

Goytizolo.

Unknown dijo...

A buena hora coincidí este día con mi hermana Ailime, quien me dio la referencia de su blog, Francisco y el tema del Rey Congo: Vicente Goytizolo.
Me resultó interesante su escrito, pues como bien dice Ailime,teníamos la idea de que nuestros antepasados fueron españoles,aunque observando el detalle ortográfico de la Y(griega), en vez de I(latina) al inicio del apellido,podemos dar casi por seguro que tenemos más de congas que de karabalí(por seguir la rima del refrán)
Leí una vez algo de literatura de un escritor español,de apellido homófono al mío,pues ese se escribía con I(latina)y el mío se escribe tal cual el del Rey Congo.
También,hace muchos años,trabajando en España,compré una botella de brandy para regalar a uno de mis tíos y el detalle estuvo en el nombre del licor: el apellido que tenemos por parte de mi abuelo Marselo,originario de Cruces,en Cienfuegos,-como bien anotó Ailime en su comentario-.Aunque ahora mismo no recuerdo con cuál de las íes estaba escrito en la botella.
Debo señalar que en mi familia hay algo de "variedad" con tales letras ( I latina e Y griega),pues unos llevan el apellido con I y otros, -en este caso, mi mamá-, con Y.Mas pienso haya sido falta de atención en el momento de la inscripción,no más.
Similar a Vicente Goytizolo,mi abuelo Bartolomé Marselo Goytizolo Quijano,también tuvo una docena de hijos y uno más,o sea,trece.¿Coincidente sí?
Me toca preguntar a una tía abuela que aún vive en La Habana,datos referentes a nombres,fotos y demás detalles que quizá ayuden a reconstruir nuestra historia y adentrarnos un poco más en algo tan interesante.
Gracias Francisco por este espacio.Su tema del Rey Congo contribuyó en un gran porciento a romper con ese monstruo debastador que todo lo devora: LA RUTINA.
Insisto en las interrogantes que le planteó Ailime.Si tiene usted referencias al respecto,por favor,de ser posible,coméntenos.Le estamos, de antemano, sinceramente agradecidas.
Un abrazo.
Nancy de La Caridad Calcedo Goytizolo.

Vivian dijo...

Hola Francisco: Encontre su blog cuando estuve buzcando informacion de Vicente Goytizolo. Mi abuela era su nieta y varias veces me conto de su abuelo. El nacio en el Congo y llego a Cuba en su juventud como esclavo, luego le dieron la libertad. El padre de mi abuela era de Espana y ella se parecia a su familia de parte de padre. Siento no haber encontrado este articulo antes y haberlo compartido con mi abuela, ya que fallecio el ano pasado casi a los 102 anos de edad. Nosotros somos de Cienfuegos pero hace mas de 40 anos que estamos fuera del pais. Como decendiente de Vicente Goytisolo, agradezco este bello articulo historico escrito con sensitividad. Muchas gracias. Saludos, Dr. Vivian